Puerperio


En la fisiología humana, el puerperio es el período que inmediatamente sigue al parto y que se extiende el tiempo necesario (usualmente 6-8 semanas) para que el cuerpo materno—incluyendo las hormonas y el aparato reproductor femenino—vuelvan a las condiciones pre-gestacionales, aminorando las características adquiridas durante el embarazo. En el puerperio también se incluye el período de las primeras 2 horas después del parto, que recibe el nombre de postparto.
Si los fenómenos se suceden naturalmente y sin alteraciones, el puerperio será normal o fisiológico, en caso contrario será irregular o patológico. Se trata de un periodo de tiempo muy importante, ya que es el tiempo de aparición de los factores que lideran las causas de mortalidad materna, como las hemorragias posparto, entre otras. Por ello, se acostumbra durante el puerperio tener controlados los parámetros vitales y la pérdida de sangre maternos.
El enfoque principal del cuidado durante el puerperio es asegurar que la madre sea saludable y esté en condiciones de cuidar de su recién nacido, equipada con la información que requiera para la lactancia materna, su salúd reproductiva, planificación familiar y los ajustes relacionados a su vida.
Durante este período de transición biológica, el recién nacido pasa a su vez por un estadío de adaptación extrauterina, una de las transiciones fisiológicas de mayor repercusión hasta la muerte.


Higiene

La higiene corporal debe ser normal, puede ducharse diaramente, no importa que expulse flujo genital. Si su parto fue por cesárea, podrá ducharse, con la indicación de su médico. Podrá lavarse el cabello con la frecuencia acostumbrada.
El aseo genital se realiza 3 a 4 veces al día. Para esto, debe escurrir agua tibia con un recipiente sobre sus genitales. Luego, séquelos bien, de adelante hacia atrás.


Alimentación

Debe ser completa, variada y equilibrada. Una dieta correcta debería contener a lo menos 500 calorías más de lo normal, es decir unas 1.500 a 1.700 calorías. E ingerir de 8 a 12 vasos de líquidos al día.
Durante los primeros días, debe cuidarse de no comer alimentos que produzcan flatulencias (legumbre, coliflor, etc.), irritaciones, (aliños como el ají, comino, pimienta, etc.). Disminuya la cantidad de líquidos, si presenta demasiada tensión mamaria.
Lo más importante son las proteínas y los nutrientes que contiene la leche y sus derivados como el yogurt o el quesillo. El médico será el encargado de recomendar el consumo de calcio y hierro como complemeto, si es necesario. En cuanto a las verduras y frutas, éstas son imprescindibles ya que favorecen la digestión.
Además debe incluir cereales y tres huevos en la semana, a menos que tenga alto los niveles de colesterol. No se debe beber alcohol e ingerir alimentos con exceso de grasa. Y está estrictamente prohibido fumar durante la lactancia.


Medicamentos

Al ingerir medicamentos, la mayoría de éstos pasan por la leche materna; por eso no los tome sin indicación médica, incluso si necesitara de analgésicos.


Cuidado de los Senos

Si va amamantar le convendrá ponerse un sostén de lactancia, que le prestará sustentación y comodidad.
A veces se presentan ciertos problemas en la piel del pezón como son las grietas, fisuras o irritación. Las primeras hasta pueden llegar a sangrar. Para evitarlas se deben hacer durante el embarazo pequeños y suaves masajes con los dedos, tirando la punta del pezón hacia fuera e hidratando la piel con cremas especiales. Si no se pueden evitar, deberá aplicar una pomada cicatrizante sobre la parte afectada, que también ayudará a evitar la sensibilidad.
También es posible adquirir en el comercio unos "protegepezones", que se colocan sobre el pezón, de tal manera que así se evita el contacto de la zona afectada con la boca del bebé, ya que la saliva también irrita las grietas. El bebé succiona, pero no toca la zona del dolor. Los "protegepezones" de silicona son muy suaves y el bebé ni se percata del cambio. Es recomendable estirizarlos antes de usarlos.
Si la madre tiene los pezones planos o contraídos, el médico recomendará, meses antes del parto, la preparación de las mamas. Como apoyo a esta tarea, puede utilizarse un "formador de pezón", que es un aparato en forma de copa, con una pera en la parte anterior. Esta se aprieta y la copa succiona el pezón para darle la forma adecuada para la lactancia.
Es muy importante además limpiar los pezones con agua, antes y después de amamantar a su bebé (también ayuda a evitar el resquebrajamiento y sensibilidad de los pezones).
Durante los primeros días, aparecerá una escasa secreción lechosa llamada "calostro", que irá aumentando paulatinamente hasta convertirse en leche abundante, espesa y amarillenta. Junto con la aparición de la leche puede producirse congestión de las mamas. Éstas deben permanecer blandas después de cada toma. Si quedan duras o sensibles, significa que hay retención de leche en los conductos.
Esto puede llegar a producir una mastitis. En este caso, deberá colocar una compresa de agua tibia durante unos 15 minutos antes de alimentar a su bebé. En caso que sea necesario, saque la leche manualmente o con un "sacaleche" hasta que la tensión disminuya. Recuerde que debe amamantar a su bebé con el pecho que terminó la vez anterior.
Si la mama presenta zonas de enrojecimiento, mucho dolor, calor o fiebre, deberá consultar a su médico.

1 comentario:

Anónimo dijo...

a cuidarseeee